¿Estás invirtiendo en campañas digitales sin saber si realmente están funcionando?

Medir el ROI en marketing digital es clave para identificar qué acciones generan beneficios y cuáles solo consumen presupuesto.

Muchas empresas lanzan campañas sin tener visibilidad real del retorno que están obteniendo.

Hoy en este artículo, vamos a ver cómo calcular el ROI de forma sencilla, qué datos necesitas, los errores más comunes y cómo interpretar los resultados según el canal.

El ROI en marketing digital es el indicador que refleja si tus acciones están generando un retorno económico o simplemente estás perdiendo dinero.

Se calcula comparando lo que has invertido con lo que has ganado gracias a esa inversión.

Suena simple, pero medirlo correctamente puede marcar la diferencia entre una estrategia exitosa y una que solo consume recursos.

Dejar de invertir sin saber si estás ganando o perdiendo dinero es uno de los mayores errores que cometen las marcas.

El ROI te ayuda a evitar ese error, te obliga a centrarte en resultados reales y mejora tu capacidad de decisión.

¿Por qué debes medir el ROI en todas tus campañas?

Veamos los motivos principales:

  • Detectar qué acciones son rentables y cuáles no
  • Optimizar el presupuesto y reasignar recursos estratégicamente
  • Justificar tus decisiones ante directivos o inversores
  • Comparar rendimiento entre diferentes canales y campañas
  • Aprender de los errores y replicar los éxitos

Cuando no mides el ROI, estás navegando a ciegas.

Puedes pensar que una campaña fue un éxito por el alcance que tuvo o por los likes que generó, pero si no sabes cuánto ingresaste en relación con lo invertido, no puedes saber si fue rentable.

Medir el ROI te obliga a alinear tus campañas con tus objetivos de negocio, identificar qué funciona, y dejar de hacer lo que no aporta valor.

Te permite analizar no solo el impacto, sino la eficiencia de tus acciones.

Además, con un buen análisis del ROI puedes descubrir insights clave: qué canales te traen mejores clientes, qué tipo de contenido convierte mejor, o en qué momentos del año tus campañas rinden más. Es una herramienta de optimización constante.

La fórmula más utilizada para calcular el ROI en marketing digital es muy sencilla:

ROI (%) = [(Beneficio obtenido – Inversión realizada) / Inversión realizada] x 100

Por ejemplo, si inviertes 1.000 € en una campaña y generas 2.500 € en ventas atribuibles directamente a esa acción, el ROI sería:

[(2.500 – 1.000) / 1.000] x 100 = 150%

Eso significa que por cada euro invertido, ganaste 1,5 € adicionales.

Pero ojo, el ROI no lo es todo. Es una fotografía, no la película completa.

Por eso, vamos a ver qué datos necesitas tener en cuenta para que esta métrica sea realmente útil y no te lleve a conclusiones equivocadas.

¿Qué datos necesitas tener para aplicarla?

Veamos los datos imprescindibles.

  • Inversión total en la campaña (presupuesto, herramientas, equipo, etc.)
  • Ingresos generados atribuibles a esa campaña (ventas directas o indirectas)
  • Periodo de tiempo en que se mide el retorno
  • Costes adicionales ocultos, como comisiones, software, horas hombre
  • Canal de adquisición o canal principal que generó la conversión

Tener estos datos bien definidos te permitirá calcular un ROI real y no uno inflado o incompleto. No puedes basarte solo en lo que ingresas sin contar todo lo que gastaste.

Y, muy importante, debes tener claro el periodo de análisis. Algunas campañas tienen resultados inmediatos, pero otras generan retorno a lo largo del tiempo (como el SEO o el marketing de contenidos).

Otro punto clave es atribuir correctamente las conversiones. A veces, un usuario ve un anuncio en Facebook, entra por Google y convierte por email.

¿A qué canal le das el crédito? Aquí entra la atribución multicanal, que te permite distribuir el valor según el recorrido del cliente.

¿Qué errores debes evitar al calcularlo?

Algunos errores frecuentes al calcular el ROI.

  • Olvidar incluir todos los costes asociados
  • Medir resultados demasiado pronto
  • Atribuir mal las conversiones (último clic vs. multicanal)
  • No considerar el ciclo completo del cliente (LTV)
  • Usar métricas superficiales como clics o visitas

Uno de los fallos más comunes es medir el ROI solo en función de los ingresos brutos.

Si no restas costes como el tiempo del equipo, las herramientas, la creación de contenidos o las comisiones de plataformas, estás viendo un ROI irreal.

También es habitual analizar campañas antes de que hayan generado su retorno completo, especialmente en negocios con ciclos de compra largos.

Y cuidado con las métricas de vanidad. Que una campaña tenga muchos likes no significa que esté generando ingresos.

Tu ROI debe estar conectado con objetivos reales de negocio, no con métricas que solo inflan el ego pero no la cuenta bancaria.

La respuesta más honesta es, depende. Un buen ROI en marketing digital varía según tu sector, el canal que utilices, tus márgenes de beneficio y tus objetivos.

Pero como referencia general, se considera aceptable un ROI del 300% (es decir, ganar 3 € por cada euro invertido).

Sin embargo, lo más importante no es alcanzar una cifra específica, sino entender qué hay detrás de ese número.

Un ROI del 50% puede ser excelente en una estrategia de posicionamiento a largo plazo, mientras que uno del 500% puede ser insostenible si está basado en descuentos agresivos o tácticas puntuales.

La clave es que tu ROI sea rentable y repetible.

¿Qué ROI se considera positivo?

Se considera positivo cualquier ROI por encima del 0%, es decir, cuando recuperas tu inversión y generas beneficios adicionales.

Si inviertes 1.000 € y obtienes 1.500 €, tu ROI es del 50%, y eso ya indica que estás ganando.

Pero el “nivel aceptable” de ROI dependerá también de tu modelo de negocio.

  • En empresas con alto margen de beneficio, se espera un ROI más alto.
  • En sectores con competencia feroz y márgenes ajustados, un ROI modesto puede ser suficiente.

Lo importante es que tu retorno cubra tus costes y aporte un beneficio que te permita reinvertir para seguir creciendo.

Además, hay que considerar el valor de vida del cliente (LTV). A veces, una campaña puede tener un ROI bajo inicialmente, pero si ese cliente repite compras o se convierte en embajador de tu marca, el ROI real aumenta a largo plazo.

¿Cómo varía según el canal o tipo de campaña?

El ROI cambia drásticamente según el canal y el tipo de campaña que utilices.

Por ejemplo:

  • Google Ads ofrece retornos rápidos si se segmenta bien, pero puede ser caro en sectores con alta competencia.
  • SEO tiene un ROI muy alto a largo plazo, aunque lento en resultados inmediatos.
  • Redes sociales suelen ser menos directas en conversión, pero muy eficaces en branding.
  • Publicidad programática requiere inversión técnica, pero puede ser altamente rentable si se optimiza bien.

Por eso, no puedes comparar el ROI de una campaña de awareness con una campaña de remarketing sin tener en cuenta el objetivo de cada una.

Lo ideal es analizar el ROI en conjunto con otras métricas como el coste por adquisición, la tasa de conversión o el tiempo hasta la conversión.

Cada canal tiene su función, y tu ROI debe ayudarte a entender cuál de ellos está cumpliendo mejor con su rol.